Sunday, March 16, 2008

Aburrimiento

ABURRIMIENTO: Otra forma de aversión, de la que podemos aprender para estar atentos, es el aburrimiento. Por regla general, el aburrimiento nos asusta y haremos lo que sea por eludirlo. Visitamos la nevera, cogemos el teléfono, vemos la tele o leemos una novela; siempre ocupados para escapar de nuestra soledad, nuestro vacío, nuestro aburrimiento. Cuando no somos conscientes, tiene una gran poder sobre nosotros y no podemos descansar. Pero no hemos de permitir que el aburrimiento conduzca de ese modo nuestras vidas. ¿Qué es el aburrimiento cuando se experimenta en sí mismo? ¿Os habéis detenido a observarlo? El aburrimiento es fruto de la falta de atención. A este le acompañan la agitación, el desánimo y la crítica. Nos aburrimos porque no nos gusta lo que sucede o porque nos sentimos vacíos o perdidos. Al nombrarlo, podemos reconocer el aburrimiento y dejar que se convierta en un estado a explorar. NOMBRAR EL ABURRIMIENTO: Cuando surga el aburrimiento, sientelo en el cuerpo. Permanece con el. Pemitete realmente aburrirte. Nombralo suavemente mientras dure. Observa de que demonio se trata. Sé consciente de él, siente su textura, su energía, los dolores y tensiones que contiene, las resistencias hacia él. Observa directamente el funcionamiento de su cualidad en el cuerpo y en la mente. Observa que historia te cuenta, y que es lo que sale a la superficie mientras escuchas. Cuando finalmente dejemos de huir o de resistirnos, entonces el lugar en que estemos puede convertirse realmente en interesante. Cuando la consicencia es clara y está focalizada, incluso el movimiento repetitivo del inspirar y el expirar puede convertirse en la más maravillosa de las experiencias. (Tomado de Un camino con corazón: una guía a través de las promesas y peligros de la vida espiritual, cuyo autor es Jack Cornfield)

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